Me gustan como lucen las caritas de los niños cuando escriben la carta a los reyes magos y que afán limpiamos los zapatos.
Me gustan los reencuentros con los amigos en largas comidas navideñas.

Se que mucha gente protesta por este estado de enajenación transitoria de buenos deseos de una sociedad hipócrita, ególatra y consumista. Me gustaría que las cosas fueran de otra manera para la gente que no tiene tanta suerte como yo, pero yo no tengo la culpa y solo intento ser feliz.
No puedo evitarlo, me gusta la Navidad.
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