lunes, 25 de octubre de 2010

MUSEO N. COLEGIO de San GREGORIO - Valladolid

Pequeño museo, gran tesoro.




Es el remodelado y antiquisimo Museo Nacional de Escultura.

Aquellos a los que la vida les lleve a Valladolid, no deben desaprovechar la oportunidad de visitar este museo. Situado en el centro de Valladolid, atesora variados tesoros artísticos provenientes en su mayoría del patrimonio conventual desamortizado en 1836.

En primer lugar impresiona el edifico que alberga el museo.














Tras sus paredes se muestran obras de incalculable balor y belleza de Juan de Juni, Gregorio Fernández, Pedro de Mena, Berruguete, Salvador Carmona o Zurbaran, entre otros.

(Cruzificado de Salvador Carmona)

Además, exhibe una singular colección de pasos de Semana Santa y que en algún caso aun posesionan por las calles vallisoletanas.

La entrada cuesta solo 3€ y la visia se puede hacer con tranquilidad en 1:30

Toda la información en : http://museosangregorio.mcu.es/



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lunes, 18 de octubre de 2010

EN TRES MINUTOS


Las bolas de granizo resuenan con gran escándalo dentro del coche, mas parecido a un despertar por los tambores de Calanda, que a un fruto que cae del cielo. En unos minutos las calles se convierten en verdaderos ríos de color blanco. Pura contradicción, las alcantarillas emanan inmensos borbotones de agua turbia en lugar de tragársela.

En cielo teñido de un negro amenazante, desprende relámpagos y truenos con inusitada virulencia y un fuerte viento azota con crudeza todo a su paso.

Una encorvada anciana calada hasta los huesos tira de la correa de su can, corriendo calle abajo cual alma que lleva el diablo, intentando buscar refugio en un portal.




Tres minutos bastan para trasformar un apacible café de media tarde en una desapacible tarde otoñal, cortesia todo ello de una gota fría levantina.

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miércoles, 13 de octubre de 2010

NICANOR, UN HOMBRE DE CAMPO - III

Durante la partida de la tarde, con un cigarro mordido entre los labios y un chato vino, Nicanor y sus convecinos linderos, discuten y justiprecian acaloradamente lo pagado por las fanegas cosechadas.

El no lo cuenta, pero le han parido casi todas las corderas, y los precios de venta de los chivos y lechales en el matadero de Cuellar han sido buen negocio. Casi medio millar de piezas de buen queso, ahora se le curan en bodega. Y la despensa llena de patatas y manzanas.

Lo mas perentorio, roturar las fincas para que aprovechen de buena manera las lluvias otoñales.

Es el momento de níscalos, boletus y setas de cardo. Aunque las piernas ya no son las de antes, Nicanor recorrerá en unos días, cientos de parajes de los bosques cercanos y no tan cercanos. Lugares aprendidos tras la experiencia que dan lo años, huyendo de los ramplones turistas urbanitas que poblarán las laderas, tras las primeras lluvias.

Se le nota algo más curtida la piel, enrojecidos los carrillos y envejecidos los huesos.
De los problemas médicos de antaño, aun arrastra los malditos reconocimientos.

Se aproxima el frío y de nuevo podrá sobrevivir este invierno sin mucha fatiga. Nicanor, ese hombre de campo.

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lunes, 4 de octubre de 2010

HACE MUCHO, MUCHO TIEMPO.


Cuantas veces escuche al enano peruquita espetar por las mañanas tempraneras, tras su hortera y vetusta mesa de despacho: “el que mas chufle, capador”.

Mala copia de acolito maquiavelianico, siempre enroscándose sobre si mismo, cual paliducha comadreja narizotas, y luchando en vano contra el destino de los Túpacamaru de turno. Fiel reflejo de la hipocresía de los de comunión dominical matutina y correría nocturna con la meretriz de siempre. Aun le veo alargando desacompasados puñetazos al aire contra los rayos de sol que le desnudaban su verdad cada mañana.

Hoy su recuerdo se me aparece oxidado, desvanecido en un gris trasnochado, capidisminuido por el paso inexorable de los relojes que todo lo tragan.

Ni siquiera las palabras me salen con rabia.