lunes, 22 de marzo de 2010

SENSACIONES

El traqueteo del tren y los acompañantes del compartimiento no me dejan dormir durante el viaje de vuelta, pese a que el día ha sido intenso. Un día de sensaciones increíbles, de olores intensos, de sabores a especias de otra época, de contraluces, de ruido ensordecedor y de calor, mucho calor.

Hoy hemos retrocedido tres siglos y nos hemos sumergido en calles angostas, adoquinadas, en semioscuridad, entre viviendas de adobo y madera. La gente vive de cara a la calle y amable nos habla al pasar, aderezándolo todo de sonrisas y gesticulaciones. Nos ofrecen sus tesoros en forma de collares, bolsos, babuchas, ropas, comidas. He de reconocerme exhausto de regatear por un par de insignificantes monedas. Pero tras la batalla, vuelven las sonrisas y los apretones de manos.

Pasear durante horas por la Medina ha sido transportarse a otra era, estar en otro mundo, como si en ese lugar el reloj de la vida funcionase de otra manera.

Recorrer la imperial Marrakech a pie, sumergirse en su Medina, comprar en la gran plaza Jamaa el Fna, el tatuaje de henna de la princesa Ulma, alojarse en un Riad, y tomar un te de menta en una de sus terrazas forma parte ya de mi mochila de recuerdos imborrables.

El tren está frenando, llegamos a Casablanca, pero esa es otra historia que os contaré otro día............

lunes, 8 de marzo de 2010

LA VIDA A CINCO CENTIMETROS

Estoy llenando mi baúl con recuerdos que permanecerán inmortales en mi alma. Momentos que rasgan mi corazón con zarpazos de felicidad eterna y que lo están dejando marcado para siempre. Estremeciéndome, al saber que esos soplos de aire ya vividos, serán insignificancias ante lo que esta por llegar.

Tu aliento esta siendo el viento que infla las velas del barco en el que navegamos. Tu mirada el sustento tras mis despertares.

A ratos me alejo de ti para comprobar tu verdad, tu luz que resplandece ante mis atónitos ojos. Ojos inquietos que te buscan, que te agasajan, que brillan ante tu caminar.

La vida sin duda, mejora a cinco centímetros de tus labios. Historia de un amor pleno.

lunes, 1 de marzo de 2010

ABUELOS Y NIETOS


Tarde de domingo invernal. Sentado en el restaurante de los domingos y las celebraciones familiares, en la mesa se siempre, con la chimenea a un lado y el ventanal que permite ver descargar la tormenta al otro.

Al fondo una gran mesa rectangular para dieciséis comensales. Los abuelos, sus cuatro hijos y parejas y la chiquillería.

Hoy celebran el ochenta cumpleaños del patriarca. Militar jubilado que la edad ha empequeñecido y endulzado. De tez curtida por los años de servicio y cuerpo enjuto. Vestido con su jersey de lana preferido y corbata de nudo perfecto.

Al entrar en la sala camina despacio y sonriente mientras ve a su familia levantándose para saludarle.
Besos, sonrisas y fotos. Verles es el resumen perfecto a una vida llena de vaivenes.

Pero no es el ultimo en llegar. Tres sillas vacías delatan la falta. Se abre la puerta y entran los últimos invitados. Está entrando por la puerta, el mismo, hace veinticinco años, su hijo mayor. Y detrás Maria. La niña de sus ojos. Sus diez años, coletas y gafitas le dan un aspecto divertido.

Ella al ver a su abuelo sale corriendo.

Todo lo anteriormente descrito no es más que una excusa para hablar de ese abrazo, del abrazo entre abuelo y nieta. Ella no le llega mas que a la cintura y el tiene que agacharse. Seis segundos eternos de ternura y cariño. De complicidad y juegos. De paseos y chuches a escondidas.

Dos generaciones unidas en el respeto y admiración.

Dedicado a esos abuelos que dedican su tiempo en cuidar de sus nietos.